viernes, 8 de agosto de 2014

JORNADA EN DEFENSA DE LOS PUEBLOS PEQUEÑOS I








La Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local también conocida como la “Ley Montoro”, es una de las reformas más importantes emprendidas por el Gobierno actual. Aprobada por el Parlamento el 27 de diciembre de 2013 y publicada el día 30 en el BOE, su entrada en vigor es inmediata sin embargo no es un tema que muchos vecinos de los pueblos a los que les va a afectar sepan, el silencio mediático por un lado, y las disciplinas de los partidos políticos por otro, hacen invisible su lento proceso de implementación.

La jornada comenzó a las 11:00 horas con la intervención de Juan Jesús Delgado (concejal del municipio de Monleras). http://www.monleras.es/

 Juan Jesús nos desgranó sabiamente los antecedentes de la Ley de Reforma Local y las posibles consecuencias nefastas que puede tener su aplicación.
A continuación intervinieron Daniel Boyano Sotillo de la comarca de Sanabria (Zamora) http://elhuertodelpozo.blogspot.com.es/

 Jesús Albarrán Deza de la comarca de Omaña (León) http://www.juntasdeomaña.org/

 y Jerónimo Aguado de Plataforma Rural.  http://www.plataformarural.org/
Unas cuarenta personas nos planteamos, desde diversas partes de España, el futuro que se nos quiere imponer.

Para muchas personas que viven en espacios de ciudad ( en adelante , urbanos) , los pueblos son esos lugares donde dejamos a los niños con los abuelos en verano, o donde nos vamos de escapada rural, o donde caímos un día de fiesta y sus buenos habitantes nos invitan a sus bodegas y nos regalan, dadivosos ellos, manjares que no encontramos en los supermercados: lechugas, tomates de verdad de los de sabor “a solas con una pizca de sal”, rica gastronomía en cada casa, embutidos caseros hechos con cariño y mimo y respostería, muy buena y variada respostería, buen vino, aceite, chuletón, nos enseñan sus huertos, y nos hablan de las veredas y caminos por donde disfrutar la tan ansiada madre natura…

Pero hay algunos pueblos a los que no se va, son los despoblados ya, en los que se pierden algunos arqueólogos nostálgicos o algunos turistas despistados, nadie nos recibe, no hay ni donde tomar un mísero café. ¿Se preguntaran los turistas y los bienamados descendientes que guardan sus días de vacaciones para las fiestas del pueblo que si en invierno no viviera allí nadie, no se cultivara la tierra, no se cuidara del ganado, no se hiciera matanza, no se limpiaran las rutas que luego tanto disfrutan los cada vez más animosos al senderismo, no se arreglara la almazara, la ermita, el horno comunitario, las fuentes los remansos de los ríos para un buen baño….no podrían disfrutar de ni un solo día de festejo veraniego o vacacional?
Hace años en una lucha para que hubiera Colegios Rurales Agrupados para que no se nos llevaran a nuestros hijos a la temprana edad de 12 años a estudiar a la capital de provincia decíamos ¡LOS PUEBLOS PARA TODO EL AÑO Y NO SOLO PARA EL VERANO!. Veinte años después estamos en las mismas, perdón, peor.

 Pero cualquiera, o muchos de esos mismos visitantes del medio urbano, cuando leen artículos sobre gasto público (escolar, servicios sociales, centros de salud) se llevan las manos a la cabeza con la ratio (obvio, un aula con seis niños cuesta más que un aula con 30) y pueden creer a pies juntillas aquello, tan y tan manido por los medios, los políticos  y sus dueños de que si hubiera menos concejales, menos pueblos, menos gente viviendo en ellos, y menos alcaldes…. ahorraríamos TODOS. Craso error.
Hay un término en estos pueblos de las sierras salmantinas que caracteriza bien lo que han durante siglos y siguen haciendo sus habitantes : CONDURAR, gastar , tiempo, trabajo, economía de medios y recursos lo justito para que dé si lo que tenemos.
 Es el medio rural, sus habitantes, los que siguen cuidando de la biodiversidad española, de la que tanto nos gusta alardear en Europa, los que siguen cuidándola en los parques naturales, los que mantienen esas tradiciones que se convierten en fiestas de interés turístico nacional (un porcentaje elevadísimo de pueblos) o internacional( aquí ya hay menos pueblos….) los que paran los incendios que podrían acabar con todo, los que guardan la semilla de la biodiversidad. Eso si, resulta caro tener servicios, tener escuelas, consultorios médicos, servicios sociales de proximidad, y a concejales y alcaldes que viven de su trabajo y no gastan para sí mismos ni un euro del erario público (a menos que no sean diputados provinciales que aquí ya es muy otra la canción). Somos población de tercera.

Extraído de la ponencia de Juan Jesús Delgado, concejal de Monleras, Salamanca que podéis encontrar integra más arriba. hablemos con datos, cuantos municipios y cuantas personas se verán afectadas por esta reforma:
·        En España existen  8.119 municipios y 3.720 entidades locales menores (2.227 en Castilla y León).
·        En Castilla y León existen 2.248 municipios.
·        De ellos unos 1.000 tienen menos de 100 habitantes.
·         Casi tres veces más (2.759 municipios) tienen entre 100 y 500 habitantes.
·         Y 1.062 están entre 500 y 1.000 habitantes)

 Es decir, un total de 4.862 municipios españoles cuentan con menos de 1.000 habitantes, lo que supone un 60 % del total de municipios y en población representa casi un millón y medio.
 La gran mayoría (7.717 municipios), el 95 % del total,  no llegan a 20.000 habitantes, lo que según el Ministerio de Hacienda los hace “ineficientes en la prestación de servicios a sus ciudadanos”:
·        Una de cada cinco españoles es integrante del medio rural, el 20% de la población .

Dicho así resulta obvio que el 20% de la población española (que también paga sus impuestos religiosamente) se la discrimina por razón de donde reside. Ni tenemos los mismos servicios que el medio urbano ni con esta nueva Ley se va por la vía de obtenerlos.

La nueva ley de reforma local se propone la supresión o la eliminación de competencias de la inmensa mayoría de los municipios. Lo que para nosotros es una riqueza cultural, un valor humano, una identidad comunitaria, una administración cercana y sensible a las necesidades sociales, un ejemplo de buenas prácticas, un reducto de lo alternativo, es para ellos una mera cuestión de rentabilidad económica.
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La justificación que hacen es esta: no son sostenibles económicamente, hay que recortar gastos.

En la Exposición de Motivos de la Ley, se alude a “la reforma del artículo 135.3 de la Constitución española, realizada con urgencia en el año 2011, que consagra como objetivo número uno de la política del Estado la “estabilidad presupuestaria”.

La ley se presentaba como solución ante el déficit y endeudamiento de los municipios.

Pero, ¿cuál es realmente la deuda de los pequeños Ayuntamientos? La inmensa mayoría de los pequeños ayuntamientos y entidades locales menores no están endeudados, han gestionado bien sus recursos y han obrado con bastante sensatez y sentido común.

Más datos:

La deuda total de las Administraciones Públicas asciende a 774.549 millones de euros. La mayor parte de esta deuda corresponde a la Administración General del Estado (592.572 millones de euros, 20 veces más que la deuda municipal). La deuda total de las Comunidades Autónomas alcanza los 145.118 millones y la de las Diputaciones asciende a 7.195 millones.

 La reforma local de 2013 es hija directa de la reforma constitucional de 2011 y está marcada por una obsesiva idea: asegurar el control fiscal y financiero en el sector público local. Así se dice expresamente en sus objetivos:

-  Clarificar las competencias municipales para evitar duplicidades con otras Administraciones.
- Racionalizar la estructura organizativa de la Administración Local de acuerdo con los principios de eficiencia y sostenibilidad financiera.
-   Garantizar un control financiero y presupuestario más riguroso sobre los Ayuntamientos.
- Favorecer la iniciativa económica privada.

El proceso que se ha seguido con esta Ley ha sido un ejemplo de falta de transparencia y de respeto a los principios democráticos. Es una ley hecha al margen de los ciudadanos, al margen de los problemas de los ciudadanos. No se ha contado con la opinión de los municipios, ni siquiera se les ha informado del contenido de una ley que les afecta de lleno. Se ha legislado desde un desconocimiento absoluto de la realidad de nuestros municipios y desde un desprecio del mundo rural, considerado como algo residual, un problema que eliminar. Con maneras autoritarias se han desautorizado las voces críticas de los sabios y entendidos, y se han acallado las protestas de alcaldes y concejales, que las ha habido incluso en las filas del  partido en el gobierno. (Desde el propio partido se han introducido algunas enmiendas que han limado algunos de los aspectos más controvertidos de la ley). En los medios de comunicación social, controlados mayoritariamente desde el poder, apenas ha aparecido la protesta, que la ha habido. Se ha escamoteado al debate democrático una decisión tan trascendental para el futuro de los municipios y para la propia supervivencia del medio rural: no se ha debatido ni siquiera en el pleno del Congreso, sino en una comisión reducida

Aspectos fundamentales

- Recorte de las competencias en los municipios con población inferior a 20.000 habitantes, . A los Ayuntamientos, que son la Administración más cercana y sensible a los ciudadanos, se les deja prácticamente sin competencias se les quitan:
·        competencias medioambientales
·        los servicios sociales,
·        los pueblos de menos de 5000 habitantes pierden los servicios de bibliotecas, mercados, actividades culturales, etc., de modo que quedan para organizar las fiestas con el dinero que les dejen, y poco más.

En cambio, se entrega el poder local a las Diputaciones, que son organismos poco democráticos: la gestión de basuras, alcantarillado, agua, pavimentación de calles, limpieza viaria, alumbrado público (competencias básicas de los Ayuntamientos), si estos no las gestionan “eficientemente”.

-  Reducción drástica, en un tercio, del número de concejales, que finalmente parece que no se llevará a cabo.

-Desaparición de Entidades Locales Menores. Son las más directamente amenazadas. Podrán ser suprimidas si no presentan sus cuentas en tiempo establecido, si el Ayuntamiento del que dependen se endeudara, etc. La desaparición de las Juntas Vecinales supone eliminar núcleos con muchos siglos de historia y acabar con el control de la gente sobre su territorio. Las Juntas Vecinales, herederas de los Concejos, suponen un modelo de organización democrática donde los vecinos, reunidos en asamblea abierta, deciden, de modo directo, cómo gestionar el patrimonio común. Gestionan los montes comunales y el reparto de la leña, los pastos para el ganado, etc. En algunas provincias el territorio que gestionan es muy extenso, por ej. En León, en la que el 55 % de la superficie provincial está en manos de las Juntas Vecinales. (Existen casi 4 millones de hectáreas de patrimonio comunal que hunde sus raíces en la Alta Edad Media y que ha permitido sobrevivir a muchas generaciones). Los bienes públicos y comunales de las ELM pasarían a ser gestionados por los municipios que los absorbiesen, que podrían venderlos.

- Se introducen medidas para fomentar la fusión voluntaria de municipios: recibirán más financiación, tendrán preferencia en la asignación de subvenciones o inversiones…Por el contrario, los municipios de menor población recibirán menos financiación. Es decir, aunque no se impone, en la práctica no quedará otra alternativa que “pasar por el aro”.

-Reforzamiento de las Diputaciones, que asumen muchas de las competencias municipales. El reforzamiento de las Diputaciones, que son organismos poco democráticos,  conllevará la supresión de mancomunidades y previsiblemente se privatizará la prestación de servicios, alejando la creación de empleo de los pueblos, encareciendo los precios, facilitando la corrupción política.

-Privatización de servicios
(Privatización de servicios públicos municipales, estableciendo un “coste efectivo” fijado por Hacienda, no por el Ayuntamiento)
- Por último, se pretende favorecer la iniciativa económica privada,  (limitando el uso de autorizaciones administrativas a los Ayuntamientos para iniciar una actividad económica a casos muy puntuales y justificados.) Muchos Ayuntamientos se han embarcado en proyectos de desarrollo local y comunitario, buscando generar posibilidades de vida y trabajo en el municipio a partir de los recursos con que cuentan. Se pretende poner freno a la iniciativa comunitaria, apostando por las empresas privadas.

Las consecuencias

-Pérdida de autonomía de los pueblos, pérdida de control sobre el territorio y sus recursos. De hecho, este control presupuestario y fiscalización de gastos ya se está ejerciendo de forma muy poderosa. Supone un regreso a la tutela franquista sobre los Ayuntamientos: dejan de ser instituciones autónomas para ser gestores al dictado de otros. Supone el fin del municipalismo que conocemos.

-Déficit democrático. En los Ayuntamientos se vive de manera más cercana y directa la democracia. Muchos de ellos han mantenido o promovido experiencias de participación popular sumamente interesantes. Los alcaldes y concejales en la mayoría de los casos desempeñan su labor como tales en total gratuidad, como un servicio al pueblo. Con la actual ley, el papel de los Ayuntamientos se limita a ser meros gestores administrativos, sin capacidad de tomar decisiones políticas.

-Alejamiento de la Administración: el desprecio al valor de la proximidad. Las Entidades Locales están cercanas a los ciudadanos, conocen la realidad que pisan y saben de los problemas y necesidades de los vecinos. Por eso precisamente son más proclives a facilitar servicios a los vecinos, ponen rostro humano a sus decisiones, buscan ante todo la rentabilidad social y no exclusivamente el equilibrio financiero.. Ejemplo claro son los servicios sociales que, desde la proximidad, ofrecen muchos Ayuntamientos (ayuda a domicilio, atención de personas mayores, promoción comunitaria).
Aunque obviamente no se dice, en las entretelas de la Ley la idea de proximidad se iguala falazmente a despilfarro local. Lo que está próximo al ciudadano se equipara con el despilfarro. Y esto hay que desenmascararlo, pues justamente los pequeños pueblos son los que están haciendo una gestión más efectiva de sus recursos.

-El desmantelamiento de servicios del mundo rural.
El gran problema que vive el mundo rural es el proceso de despoblación imparable.
Esta reforma supone un paso más en la dirección de desmantelamiento del mundo rural al que estamos asistiendo. La supresión de competencias de los Ayuntamientos y Entidades Locales reducirá a mínimos los servicios sociales, educativos, culturales y de todo tipo. Los pueblos se limitarán a garantizar el suministro de agua, recogida de basuras y mantenimiento de calles, pero no podrán ofrecer los servicios más sociales, que son los que fijan y unen más a la población al territorio: ni la escuela, ni la guardería, ni el consultorio médico, ni la ayuda a domicilio, ni la pequeña residencia para mayores, ni la atención a discapacitados, etc (todo eso se centralizará en el núcleo urbano más próximo).

-La privatización y recorte de servicios municipales supondrá: precariedad, menor calidad y pérdida de puestos de trabajo. Se calcula que se perderán unos 200.000 puestos de trabajo, a los que hay que sumar la pérdida de empleos indirectos.

-El expolio del mundo rural. La consecuencia de todo esto es clara: más abandono de los pueblos y más despoblamiento. No aporta nada positivo a la situación actual y, sin embargo, pone en gravísimo riesgo la supervivencia misma de miles de pueblos.
Creemos que dicho proyecto va a producir un efecto devastador sobre las poblaciones y los territorios rurales de nuestro país, convirtiéndose en una decisión estratégica equivocada y con muy graves consecuencias para las generaciones futuras.

Dejamos en el ánimo y en entendimiento de todo aquel que lea estas líneas la reflexión oportuna.

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