Continuamos con las presentaciones del programa : LA ALBERCA, NAVAREDONDA DE RINCONADA, RINCONADA.
En
este proyecto hay doce mujeres de doce
municipios diferentes, de la Sierra de Francia, de la de Béjar, de Entresierras
y el linde ya con el campo charro. Ellas (porque son mayoría aunque haya un
hombre) como el territorio del que son representantes hoy, tienen gran
diversidad de situaciones: casadas con hijos ya mayores, casadas con hijos aún
pequeños, separadas con hijos, solas, con maridos que también están en el paro,
con maridos que no lo están ,con cargas familiares, mujeres ente 35 y 55 años.
Viven y van a trabajar cada una en su pueblo, con sus vecinos a quien conocen
bien, en Berrocal de Salvatierra, La Alberca, Béjar, Cepeda, Tejeda y
Segoyuela, Cespedosa, Monsagro , Lagunilla, Ledrada, Cepeda y Garcibuey.
Van
a trabajar en el cuidado de los mayores, o en el cuidado de los cuidadores, más
allá de los Servicios de Ayuda a
Domicilio, van a ser acompañantes de charlas para los solitarios, acompañantes
en paseos para quienes ya frágiles andan con poco equilibrio, lectoras para
unos, harán los recados imprescindibles que los mayores a veces no pueden
hacer: subir cuestas con la compra, aclararse con las recetas en la farmacia,
acompañar al médico porque a veces no se enteran muy bien de lo que le han
dicho…..y permitir que los cuidadores de personas dependientes tengan un mínimo
respiro, aquellos y aquellas a los que el cuidado del dependiente les consume
las horas de sus días.
Once
mujeres y un hombre: Pilar, Francisca, Luisa, Teresa, Monserrat, Fé Juana,
Anabel, Belén, Remedios, Antonia y Gustavo , echándole una mano a nuestros
mayores.
Pero
sobre todo los protagonistas son ellos: Nuestros mayores. En estos días recorrriendo
los pueblos de una y otra sierra, hablando con ellos, conociendo sus edades, su
estado de salud, sus necesidades hemos
detectado que salvando las distancias de la idiosincrasia de cada pueblo, están
mejor por lo general los que tienen “hogar del Mayor o de tercera edad”, porque
se sociabilizan , se encuentran, charlan, juegan a las cartas y así unas y
otros van evitando un mal que tiene que ver con el estado del ánimo pero que
acaba minando la salud: la soledad. Muchos de ellos y ellas además, se encuentran
en pleno duelo, viudos y viudas de ochenta y muchos a noventa y muchos que
agradecen esta mano que se les aporta:
solo quieren charlar un ratito, pasear un ratito.
También
detectamos otra necesidad acuciante, las de aquellas personas (hijos, hijas,
compañeros o compañeras) que tienen en
casa auna persona que les lleva todas las horas del día en su cuidado, son los
cuidadores de personas con alzheimer o parkinson, que necesitan tan solo que
alguien se quede un ratito al día cuidando a su pariente para que ellos o ellas
puedan dedicarse a sí mismos un tiempecito al día. Necesario.
Aquí
iniciamos nuestra andadura con el “cumplemuchos”. Os lo iremos contando.
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