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miércoles, 29 de octubre de 2014
viernes, 24 de octubre de 2014
Cuidar a los que cuidan. El arte de pedir ayuda
Desde que
iniciamos nuestro recorrido por las sierras, a finales de septiembre,
continuamos tratando de acercarnos un poco más a las principales necesidades de
las familias y cuidadores de personas mayores en el pueblo.
Las consecuencias del cuidado de una
persona dependiente son muchas y diversas; es una experiencia difícil y
prolongada que conlleva importantes cambios que afectan al día a día de las
personas cuidadoras.
Como suele
ser habitual, la mayoría de asistentes vienen siendo mujeres, las mismas que se
hacen cargo de su pareja, madre o padre, las mismas que forman parte de la
estadística como las más longevas que se mantienen en el pueblo porque su
autonomía y responsabilidad les permite continuar cuidando de si mismas después
de cuidar de los demás. Muchas de ellas viven solas.
A lo largo
de este ciclo de encuentros hemos tratado de saber cómo se encuentran los
familiares y cuidadores, cómo entienden la relación de ayuda y cómo se han
adaptado a los diversos cambios psicológicos, sociales, económicos, familiares, laborales.. que conlleva esta
nueva situación.
El deber
moral y la responsabilidad social está fuertemente interiorizado como la
principal razón o motivación para cuidar a las personas que queremos y que
antes nos han cuidado.
Desde esta actitud surge, a menudo uno de los
pensamientos más comunes pero no por ello acertado: “Nadie puede cuidar a mi
familia mejor que yo”. En torno al análisis de esta idea hemos tratado de
reflexionar sobre la vivencia de la responsabilidad y la relación de ayuda en
el contexto familiar.
A menudo, en
un primer momento muchos familiares perciben que no necesitan ayuda, se sienten
fuertes y responsables y se sienten en la obligación moral de serlo.
Esta autopercepción,
condicionada por fuertes presiones sociales y culturales, está muy presente en
el mundo rural, lo que dificulta para las familias considerar que pedir y
aceptar ayuda puede mejorar, de manera
importante, la relación de cuidado, conciliando la atención al mayor y el
cuidado de uno mismo.
En este
sentido, queremos compartir con vosotros algunas de las reflexiones, surgidas
en estos encuentros, sobre el arte de pedir ayuda cuando la necesitamos,
confiando siempre en nuestra capacidad para crear nuevos aprendizajes, para los
que no hay edad:
• Si necesita ayuda pídala
abiertamente, no espere a que lo adivinen. Diga de forma clara y concreta el
tipo de ayuda que necesita.
• Pedir ayuda no es un signo
de debilidad: es una excelente forma de cuidar de su
familiar y de usted mismo.
• Déjese ayudar y enseñar
por otros familiares, instituciones, organizaciones, asociaciones, etc. Tenga
en cuenta que muchos trastornos en el comportamiento de las personas
dependientes vienen motivados por la permanencia durante largos
períodos de tiempo en casa
sin haber acudido a centros o servicios
adecuados a sus
características, lo que provoca en muchas ocasiones un bajo nivel de
estimulación y una falta de actividad considerable.
• Sepa adaptarse a la ayuda
que le ofrecen, la suya no es la única ni tiene por qué ser la mejor. De esta
forma, además de evitar conflictos familiares, se consigue más fácilmente que
los demás colaboren con usted en el cuidado.
• Agradezca el apoyo
recibido. Eso facilitará la continuidad de la ayuda.
• La responsabilidad de
cuidar a un familiar no tiene por qué ser exclusivamente suya, pero también es
cierto que no se puede obligar a nadie a asumir esta responsabilidad.
• Deseche pensamientos como
"nadie puede cuidar a mi familiar mejor que yo". Probablemente sea
cierto, pero existe un gran desconocimiento de la oferta de los servicios
existentes y una actitud negativa respecto a su utilización que no favorece en
nada la tarea de cuidar.
Continuamos nuestro
recorrido, conscientes de que la tarea de desaprender para conseguir mejorar
nuestra salud y nuestras relaciones personales, se construye en colectividad y se
trata de una carrera de fondo. El siguiente paso lo damos en nuevos encuentros,
en El Tejado, Ledrada y Los Santos.
martes, 23 de septiembre de 2014
CUIDADORES Y CUIDADOS. CHARLAS PROGRAMA CUMPLEMUCHOS
Todos
en algún momento de nuestra vida hemos necesitado cuidados. Cuidar al cuidador
o cuidadora, es uno de los objetivos del Programa de atención a personas
mayores en el medio rural: “Cumplemuchos”, que ASAM ha desarrollado en 14
municipios de las Sierras de Béjar y Francia, a través de Colectivos de Acción
solidaria, con la financiación del Ministerio de Sanidad, Política social e
Igualdad.
Desde
esta perspectiva, se inician a partir de hoy un ciclo de sesiones informativas
dirigidas a familiares y cuidadores de personas mayores en el medio rural.
Con
este ciclo de actuaciones queremos incidir en los aspectos psicosociales de la
relación de ayuda entre la familia y la atención a la persona mayor. Para ello,
analizaremos las fases o momentos por
los que una persona pasa a convertirse en cuidador o cuidadora, conoceremos los
principales cambios psicosociales en esta nueva situación derivados de la
atención al mayor y, finalmente, aportaremos algunas orientaciones a los
familiares que les ayuden a procurar una relación de ayuda positiva y una
atención eficaz conciliando el cuidado de la persona mayor y el cuidado de sí
mismos.
Comenzamos nuestro recorrido en Miranda del Castañar, con la sesión prevista para hoy, Martes, 23 a las 5 de la tarde en el Hogar de la tercera edad de San Isidro.
martes, 9 de septiembre de 2014
LOS GRANDES OLVIDADOS: LOS MAYORES DEL MEDIO RURAL
Finaliza el PROGRAMA CUMPLEMUCHOS DE ATENCION A MAYORES .
Hemos elaborado un video-documental que por un lado sea capaz de sensibilizar a toda la población (rural, urbana, mayor y joven) sob re la discriminación que están sufriendo los mayores rurales. En segundo lugar comunica lo que ASAM ha estado haciendo en 14 municipios de las Sierras de Béjar y Francia , 12 personas durante seis meses, 4 horas diarias. Han sido 45 usuarios directos, han sido 45 personas que necesitaban esta mano.
sábado, 31 de mayo de 2014
lunes, 17 de marzo de 2014
Continúan las presentaciones del programa CUMPLEMUCHOS
Continuamos con las presentaciones del programa : LA ALBERCA, NAVAREDONDA DE RINCONADA, RINCONADA.
En
este proyecto hay doce mujeres de doce
municipios diferentes, de la Sierra de Francia, de la de Béjar, de Entresierras
y el linde ya con el campo charro. Ellas (porque son mayoría aunque haya un
hombre) como el territorio del que son representantes hoy, tienen gran
diversidad de situaciones: casadas con hijos ya mayores, casadas con hijos aún
pequeños, separadas con hijos, solas, con maridos que también están en el paro,
con maridos que no lo están ,con cargas familiares, mujeres ente 35 y 55 años.
Viven y van a trabajar cada una en su pueblo, con sus vecinos a quien conocen
bien, en Berrocal de Salvatierra, La Alberca, Béjar, Cepeda, Tejeda y
Segoyuela, Cespedosa, Monsagro , Lagunilla, Ledrada, Cepeda y Garcibuey.
Van
a trabajar en el cuidado de los mayores, o en el cuidado de los cuidadores, más
allá de los Servicios de Ayuda a
Domicilio, van a ser acompañantes de charlas para los solitarios, acompañantes
en paseos para quienes ya frágiles andan con poco equilibrio, lectoras para
unos, harán los recados imprescindibles que los mayores a veces no pueden
hacer: subir cuestas con la compra, aclararse con las recetas en la farmacia,
acompañar al médico porque a veces no se enteran muy bien de lo que le han
dicho…..y permitir que los cuidadores de personas dependientes tengan un mínimo
respiro, aquellos y aquellas a los que el cuidado del dependiente les consume
las horas de sus días.
Once
mujeres y un hombre: Pilar, Francisca, Luisa, Teresa, Monserrat, Fé Juana,
Anabel, Belén, Remedios, Antonia y Gustavo , echándole una mano a nuestros
mayores.
Pero
sobre todo los protagonistas son ellos: Nuestros mayores. En estos días recorrriendo
los pueblos de una y otra sierra, hablando con ellos, conociendo sus edades, su
estado de salud, sus necesidades hemos
detectado que salvando las distancias de la idiosincrasia de cada pueblo, están
mejor por lo general los que tienen “hogar del Mayor o de tercera edad”, porque
se sociabilizan , se encuentran, charlan, juegan a las cartas y así unas y
otros van evitando un mal que tiene que ver con el estado del ánimo pero que
acaba minando la salud: la soledad. Muchos de ellos y ellas además, se encuentran
en pleno duelo, viudos y viudas de ochenta y muchos a noventa y muchos que
agradecen esta mano que se les aporta:
solo quieren charlar un ratito, pasear un ratito.
También
detectamos otra necesidad acuciante, las de aquellas personas (hijos, hijas,
compañeros o compañeras) que tienen en
casa auna persona que les lleva todas las horas del día en su cuidado, son los
cuidadores de personas con alzheimer o parkinson, que necesitan tan solo que
alguien se quede un ratito al día cuidando a su pariente para que ellos o ellas
puedan dedicarse a sí mismos un tiempecito al día. Necesario.
Aquí
iniciamos nuestra andadura con el “cumplemuchos”. Os lo iremos contando.
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